Sin embargo, aunque es importante conservar un logotipo histórico, también es importante mantenerlo vigente. Las marcas deben ser capaces de adaptar sus logotipos a medida que evoluciona el mercado y las preferencias de los consumidores. A veces, esto puede significar hacer pequeños cambios en el diseño para que se sienta más moderno, pero aún así conservando su esencia.
Las estrategias de volumen están basadas en la alta rotación y los precios bajos.
Las estrategias de valor están basadas en producciones cortas o unitarias, percepción de calidad alta y precios en el estrato medio-alto del mercado.
Estas definiciones expresan el concepto, pero el posicionamiento solo se entiende de forma comparativa, en el mercado y para la población a las que van dirigidas, sobre todo en este último punto.
Para nosotros hay dos tipos de percepciones en vuestro mercado:
Y luego el que vamos a denominar “Posicionamiento Gibeller”, con una percepción de precio mayor, un punto más exclusivo y clientes con un nivel adquisitivo y estético más elevado… También con un enfoque claro al prescriptor: profesional de la decoración y la arquitectura. Los diferenciadores están claros en este punto.
Las marcas enfocadas al público generalista, basadas en productos de gran rotación, con soporte multinacional y precios populares. Mueble desmontable, miles de accesorios y tiendas muy grandes.
Está claro que la comunicación de marca no puede tener el mismo enfoque para todos los públicos. Igual que la comunicación de Mercedes no puede ser igual que la de Dacia o Skoda. Este código lo tiene todo el mundo en la retina, con impacto consciente e inconsciente.
Personalmente, como consumidor visual de la marca de toda la vida, por dónde vivo, Gibeller es Iphone igual que “Conforama y Leroy Merlin” deben ser Redmi-note.
Eso no quiere decir que no podamos vender al particular, pero debemos saber donde nos enfocamos.